FECHA

VERSIÓN ELEGIDA

PLANNING

El anillo como símbolo de poder, de sumisión, de renuncia, de esclavitud. El anillo como intervención dañina en la naturaleza, como vandalismo humano que provoca imprevistas consecuencias. El anillo como imposibilidad de lograr la totalidad de los anhelos, como motor que impulsa la realidad de los seres humanos y sus interacciones, como equilibrio imposible entre extremos irreconciliables.

El anillo como epítome de los principales cuestionamientos y preguntas que han azotado a la humanidad desde el albor de los tiempos. El anillo como continuación de las grandes tragedias griegas, de los dramas shakesperianos, de las leyendas interculturales que nos hablan sobre nosotros mismos y nos confrontan ante nuestro espejo.

El anillo como el drama humano que surge tras la guerra. El anillo como la necesidad de volver a los orígenes para poder construir de nuevo. El anillo como la imposibilidad de separar causa y efecto, poder y destrucción, amor y muerte. El anillo como peaje necesario para lograr lo más preciado, aún a sabiendas de que ello implica una renuncia irreversible cuyas consecuencias pueden ser (y serán) traumáticas.

El anillo como la historia cósmica de la vida, de la muerte, del amor, de la redención, de la venganza, de la corrupción, de la inocencia. El anillo como alfa y omega de nuestra historia individual y colectiva, de nuestro planeta, de nuestro universo conocido.

La variedad de significados que podemos asignarle al drama musical Der Ring des Nibelungen  es virtualmente infinita. Sus connotaciones filosóficas, psicológicas, materiales y espirituales dotan a esta obra de una actualidad permanente. Por eso sigue siendo tan necesario revisar periódicamente este auténtico Everest artístico y reflexionar sobre todo lo que nos propone.

Eso es precisamente lo que, por cuarto año consecutivo, proponemos en esta inolvidable experiencia: la visualización de la tetralogía completa de  Der Ring des Nibelungen en en  UNA ÚNICA JORNADA, con las PAUSAS IMPRESCINDIBLES  y con la MAYOR DE LAS CONCENTRACIONES. En estos tiempos en los que imperan la multitarea, la inmediatez, el entretenimiento vacío y la podredumbre intelectual, dedicar un día completo a una sola actividad es, en sí mismo, un acto revolucionario digno del mismísimo Richard Wagner.

¡Te esperamos! No te arrepentirás.