«El auténtico arte de la memoria es el arte de la atención»

(Samuel Johnson, «The Idler, nº 74»)

FECHA

VERSIÓN ELEGIDA

PLANNING

En el drama atemporal y universal que es Der Ring des Nibelungen, uno de los aspectos cruciales sobre los que pivotan muchos acontecimientos es la MEMORIA.

Esa memoria que pierde Siegfried cuando cae en la trampa que le tiende Hagen y olvida a Brünnhilda será la causa de sus desgracias. Esa memoria que les falla a Siegmund y a Siegliende y que los lleva a enamorarse antes de reconocerse como hermanos desatará la ira de Fricka y supondrá la muerte de Siegmund. Esa memoria grabada en forma de runas en la lanza de Wotan, representando pactos inquebrantables que el mismo Wotan tergiversa por puro egoísmo, será el inicio del “fin de los dioses”, como el propio Wanderer dice desear.

Esa memoria que sí mantienen Alberich, Mime y Hagen –nibelungos los tres– es el motor de una vida de obstinación y resentimiento cuyo único objetivo es la recuperación del anillo. Esa memoria que sigue poseyendo Brünnhilda acerca de su vida pasada es la que la hace dudar y lamentarse cuando es despertada por Siegfried. Esa memoria que posee incluso el pájaro del bosque –Waldvogel– es la que, en el maravilloso Acto 2 de Siegfried, le da las claves al protagonista para recuperar el anillo y el tarnhelm, sortear los engaños de Mime y, finalmente, dirigirse a la roca donde, rodeada de fuego, duerme Brünnhilda.

Como ya sabemos, todas las situaciones a las que la humanidad se ha enfrentado –y se enfrentará– se encuentran descritas en Der Ring des Nibelungen. Y la importancia de la memoria no es una excepción: supone la garantía de no repetir los mismos errores, es la alternativa al simplismo reinante, la escapatoria al caos. La memoria es el remedio frente al engaño y la mentira, es la herramienta para forjar de nuevo a nuestra Notung particular y que nos conduzca a superar obstáculos cada vez mayores. Es el antídoto frente a la mediocridad, la llave maestra del conocimiento y de la auténtica libertad.

ELOGIO DE LA MEMORIA

En un mundo donde, cada vez más, la memoria es vilipendiada incluso por muchos encargados de la transmisión del saber (“para qué memorizar si todo está en Google”), la ULTRAMARATÓN WAGNERIANA es un contrapeso necesario e imprescindible para trabajar la memoria, para forzarnos a recordar casi doscientos leitmotivs, más de treinta personajes y una cantidad ingente de simbolismo que se desarrolla durante más de quince horas de música.

Y, paradójicamente, esta memoria es la que muchos desearíamos perder para tener de nuevo la oportunidad de escuchar Der Ring des Nibelungen por primera vez, sorprendiéndonos con sus hallazgos armónicos, maravillándonos con sus desarrollos motívicos, emocionándonos con sus soluciones tímbricas… en definitiva, volviendo a descubrir todos sus secretos. ¡Qué mejor manera de sumergirnos en una de las mayores creaciones artísticas acometidas por una sola persona que hacerlo durante todo un día y en compañía de apasionados de la música!

¡Apúntate! Será memorable.